miércoles, 13 de agosto de 2008

Los Canguros no saben saltar...



No lector, no es una de esas peliculas que pasan los sabados a la tarde, donde esos simpaticos animalitos hacen malabares con la naranja, sino que es el título que le calza perfecto a la tranquila victoria de Argentina frente a Australia 85-68, correspondiente a la segunda presentación olímpica de nuestra selección de basquetbol en tierras chinas. Los dirigidos por Sergio Hernandez aprovecharon la falta de autoridad en la zona pintada de su rival, y le otorgaron a sus internos el control del juego. El partido se pareció mucho a la final del Diamond Ball, en cuanto a la importancia que se le dió a Luis Scola, quien en todo momento, supo responder. La diferencia estuvo entre ambos encuentros fue, sin lugar a dudas, la mentalidad con la que Argentina entró a la cancha, decidido desde el momento uno, a pasar por encima al rival, actitud que pudo mantener durante casi todo el partido. Scola (17 puntos) junto con Oberto (12) manejaron a piaccere los rebotes y los dos aros, mientras que Ginóbili(21) y Delfino(14) no perdonaban en sus intervenciones espóradicas. Por el lado de Australia, el NBA, Andrew Bogut(7) apareció muy poco mientras que todo paso por las manos de su conductor Patrick Mills, goleador del partido, con 22 tantos.
Este encuentro sirvió para recuperar confianza luego del duro golpe en el debut frente a Lituania, y para callar voces que aparecieron tras esa derrota.
Argentina tiene varios partidos por delante y sabe que no puede dejar más puntos en el camino, si quiere salir primero en el grupo A, y evitar asi a los "cucos" del torneo. Para ello necesitará de un recambio hasta ahora ausente: Paolo Quinteros, Román Gonzalez, Antonio Porta y compañia deberán mostrar porqué están en ese equipo de estrellas.
Jugando de la manera que lo hizo hoy, sobretodo manteniendo la actitud y el orden de la primera mitad del partido, no tendrá problemas para lograr ese objetivo próximo, para luego concentrar la mayoría de sus fuerzas para tratar de repetir el éxito pasado.

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